Llueven truenos. Guerra de bocas no olvidadas que insisten. Nuestras lenguas se recuerdan lastimosamente, quieren asesinarse de nuevo. En cambio, no encuentran y se suicidan. Así, en medio de la noche húmeda, presenciamos el fin de mi boca. Requiescat in pacem
Madrugada del lunes 2 de noviembre
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