martes, 6 de octubre de 2009

Satélites naturales

Tengo una palabra urgente, un sentimiento que se me sale por todos lados. No me lo dijiste en el idioma de todos los días, usaste un lenguaje que no era tuyo para decirme algo tan nuestro. Todo se iluminó, y de golpe te fuiste, sin mirar para atrás. Me subí al colectivo y me di cuenta que era imposible recordar todas los poemas que de tu boca fluyeron y me enamoraron. Los pensé como en un libro y deseé más que nunca un lápiz para marcarlos todos, y recurrir a ellos una y otra vez. Pero no tenían un papel que los contenga, era tu envase, tan suave…podría haberte subrayado todo el cuerpo con mi lengua para no olvidarte y abrirte y leerte y volver a vos cuantas veces quiera. Todo el tiempo.
Besos alunados. Lenguas con cráteres que se rozan y giran y rotan en una órbita eterna e impredecible a los ojos, pero dibujada desde siempre. Inevitable. Sabiduría natural entre tu boca y la mía. Más pura que cualquier manantial. La vivencia de una certeza que no tiene pensamientos.
Mientras todo eso nos sucedía, la rosa ya fuera de su tallo floreció y se volvió más hermosa y perfumada. Fue nuestro amor lel que la hizo brotar y llevarla a su esplendor de aroma y color.

6 de octubre de 2009, enluquesida

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