Choques

el otro dìa

choqué tu auto

contra un árbol

y sonó fuerte

no fue muy grave

pero le dejó una marca

como tatuaje.

el otro dìa

viajaste en el tiempo

y chocaste mi futuro

contra un no

y me dejó silencio

un tatuaje que no llego a ver

y que sólo saldrá a la luz

en una radiografìa

porque está en cada hueso

que descansó sobre tu cuerpo

Sin escalas

Un mensaje, que llega y anuncia,

Lo que no quiero escuchar

Lo que no quiero que sea

No son muchas, tres o cuatro palabras,

Junto a cualquier perdón, disculpas, lo siento, gracias

Disparan en la boca que ya no besás

Y en la del estómago también

No son las palabras en sí

Es que son balas, que entran en mí

Y su impacto abre el abanico

Como de prisma atravesado por la luz

Pero no son colores lo que me invaden

Una escala de grises, de argumentos

Que discuten entre sí con vos, pero en realidad soy yo

Siempre soy yo, peleándome conmigo

Y el gris que me invade

Cuando sos ni mi medida ni mi color

Me conquistaste perdiéndonos en la ciudad

Ahora, no podés ver el mapa

En este TEG donde nadie va a ganar

Porque no hay plan táctica ni estrategia

Tanto perdiste el mapa que

Hasta te olvidaste de perderte conmigo

De encontrarte conmigo

De yo mi me contigo, nos sobran los motivos

Suena la cuenta regresiva, del cohete que despega

Para salir del mapa y vos no lo oís

Mientras yo sé, que perdí la batalla

Tensión final

Aprieto todo, aprieto fuerte

los dientes, los músculos

de la cara, los muslos, tenso los pies,

los hombros y el ceño fruncido

aprieto todo

Me cierro y encierro

al dolor que me infla

como a un globo pero

llenando cada hueco

con algo que pesa y aplasta

No me deja flotar, apenas levantarme

vestirme, caminar, trabajar, comer,

hola qué tal, cuánto es? Parece que va a llover,

si si todo bien, emoticón de pulgar arriba

retornar al hogar, comer, dormir,

seguir con la vida

seguir viviéndola, como si nada

cuando todo,

todo lo que alguna vez

ya no más

Mareo posible

Nada me da más

vértigo que la quietud,

es lo estable que me tambalea

el piso que piso, un precipicio

Es que las posibilidades

gritan ante lo quieto

perdidas abandonadas / posibles futuras

bailan en un zamba y pierdo el equilibrio

Por lo q no fue

Por lo que no será

Y, sobre todo,

Por lo que sí va a ser

Estas ideas se ordenan

repetida y previsiblemente

Así me vuelvo una meteoróloga

y anticipo mis tornados

Desastres naturales se avecinan

las veo venir a todas

las posibilidades arremolinadas

a punto de destrozar el piso que piso

Reversa

El pedaleo constante,

inmerso en el frío como de navaja,

activa mis muslos y neuronas.

Pensamientos como engranajes,

dan calor a mi cabeza

al tiempo que hielan mi estómago.

Más tarde veo un auto 

desde la ventana y circula marcha atrás,

y en esa acción se figura la idea

que enfría mis adentros

tanto más que este invierno anticipado.

mais amor por favor

que no se devalúe la ternura

que el roce de tu mano y mi piel

no cueste más que el kilo de asado.

que nuestro banco central

no carezca de besos,

que nuestras lenguas no sean
alimento de buitres.

que no haya techos

en las paritarias de la ilusión

-la vital y móvil de todos mis días-
porque somos la clase obrera de nuestro amor

porque lo que somos nosotros, no lo gobierna nadie

Descargas de esta época

Me siento atestada, repleta de hastío, como en los videojuegos de antaño, la barra que indica el nivel de llenado o vacío, hoy está a tope en mí. La hostilidad de la ciudad me colmó por completo. Las calles cómo una intervención artística del horror, obras públicas a un tercio de construir y abandonadas, como monumento a un prócer que dejó de serlo antes de que terminaran el homenaje, trampas que convierten las calles en laberintos intransitables. Mugre, calor de abajo hacia arriba, olor a mierda -literal- en los pasillos del subte. Gente marginada de todo, incluso de sí mismos. Y el resto circundante, camina al margen de ellos, más cerca o más lejos, testigos o ciegos. Un pibe dotado de una asombrosa velocidad empapela los postes de luz con volantes para arrancar y llevarse el dato: tienen un teléfono fijo y un celular bajo el título de "NUEVITAS" junto a una Betty Boop. Los arranco con la velocidad que te da la furia y los tiro a la basura –la palabra ganadora del día- y yo no puedo soportarlo más. Una bolsa de una casa de ropa "de marca" cuelga de mi brazo, la miro y siento que pesa más que yo por su sin sentido. De golpe la supuesta lógica cotidiana desaparece. Ya no quiero formar parte de esta perversidad. Lo pienso, lo siento. En el andén estación pueyrredón subte D, un cartel promociona una librería que lucha por subsistir en medio de tanto digital, igual que las agendas que vende, promocionadas junto a una foto de un celular que se quedó sin batería -oooh tragedia del mundo actual! Todo es un error, grandísimo y dolorosísimo error. Alguien me dijo que desde la Casa Rosada anuncian "pobreza cero". Me dicen que lo dicen, yo no se si creerles, porque cuando abren la boca yo sólo puedo escuchar una risa, una risa fuerte, de boca bien abierta, ruidosa y acompañada de dolor abdominal. Se ríen en mi cara, en la cara de todos. Y entonces yo solo quiero ser una piedra, una piedra chiquita, pero lo suficientemente fuerte para quedar quieta en el fondo de un río bajito, y sentir la corriente que me atraviesa. Sí. Quedarme ahí, quietita, sólo esperando seguir siendo una piedra, no sea cosa que el río desemboque junto a una cloaca.