La rutina de la
ausencia
la costumbre de la
espera
me detiene el cuerpo
y acelera la sangre
que olvida el
recorrido
y se revuelve en el
cuerpo
en una carrera.
Competencia del
sinsentido
del cuerpo con el
cuerpo mismo
ganar, perder, se
sienten igual
chato como un empate
sin jamás cruzar la
cinta roja.
Esa que en mi tobillo
me protege del mal de
ojo
pero no de la vista
de mi balcón interno.
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