Me niego en mi cabeza
a bucear en tus aguas
tan dulces a pesar de la sal
Me enseñaron a beberte, y yo aprendí
a fuerza de creer
Si tan solo meto, un poco el pie
ya estoy adentro otra vez
sumergida hasta el pescuezo y la ensoñación
Mejor me asomo a la ventana
y miro la misma luna, que hace unas horas
brillaba en tu reflejo
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